lunes, 12 de marzo de 2007

2. Proceso de reorganización nacional


Es imposible dividir de forma seria los objetivos, acciones y efectos logrados por el Proceso, ya que no hay reorganización económica sin reorganización política y cambio de mentalidad cultural, (y viceversa). Por lo tanto, para una mejor comprensión teórica y coherencia explicativa, diferencié los aspectos políticos de los económicos y de los socio-culturales. Es importante aclarar que la interrelación que hay entre los tres aspectos es tal que se hace indispensable comprender correctamente a los tres para tener una sólida idea de lo que el Proceso de Reorganización Nacional significó para el país. Pero antes de ir al detalle de estos tres aspectos conviene hacer una breve reseña de los hechos, protagonistas, y como se proponían lograr sus objetivosEl 24 de marzo de 1.976, la Junta de los Jefes (integrada por el Gral. del Ejército Jorge Rafael Videla, el Almirante Emilio Eduardo Massera de la Marina y el Brigadier Orlando Ramón Agosti de la Aeronáutica), se hizo cargo del poder y comenzó el Proceso de Reorganización Nacional.El caos económico, las luchas facciosas, la muerte presente cotidianamente, la acción de las organizaciones de las guerrillas, y el terror sembrado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina, organización de Derecha , que de una forma "simbólica" estaba a favor y apoyando al ejército, pero que en realidad su fin era el de tomar el poder enemigo y político luego de acabar con la subversión), crearon las condiciones para la aceptación de un golpe de estado que prometía restablecer el orden y asegurar el monopolio estatal de la fuerza.Estas fuerzas se guiaban por los hechos, los cuales les resultaban amenazantes, y se prepararon para defender su territorio. De esta manera pusieron en marcha las siguientes "operaciones de aislamiento" :Las realizadas por los grupos paramilitares que logran aislar a las organizaciones armadas de su base social. El más importante, por la frecuencia y la envergadura de sus acciones, fue la "Triple A", que tenía asesoramiento político y participación directa en la formación militar.Los secuestros, que eran la forma en la que el régimen constituía sus prisioneros. Consistía en la detención ilegal de personas buscadas, sin orden judicial, con la cooperación de la policía del lugar, y sin informar a la familia del destino del secuestrado. Las familias de los secuestrados que buscaron asesoramiento jurídico para encontrarlos, descubrieron que eso también era "peligroso", (entre 1.976 y 1.978 desaparecieron 107 abogados defensores).El terror que se provocaba en la sociedad, reforzado por la propaganda del régimen militar que culpaba a las familias por la actividad "subversiva" de los prisioneros. Otro dato es que casi un 35% de los familiares sólo hicieron la denuncia de la desaparición ante la CONADEP (creada recién en 1.984), es decir, que unas 3.000 familias esperaron aproximadamente 6 años para denunciarlos.Los campos de concentración (contabilizados alrededor de 340 centros clandestinos de prisioneros en todo el país), donde se los torturaba y hasta se los asesinaba. Gracias a la liberación de unos 1.000 prisioneros , que lograron irse al exterior, fue que pudo obtenerse más información sobre lo que ocurría dentro de estos campos de concentración. Éstos, fueron principalmente "campos de tortura prolongada y sistemática", ya que el exterminio se hacía casi siempre fuera de ellos, en los llamados "traslado de prisioneros". Se calcula que por cada detenido eran necesarias alrededor de 10 personas, lo que serían 100.000 miembros directamente comprometidos con la fuerza y el proceso de aniquilamiento. El 1% de los desaparecidos fueron denunciados por personal subalterno de las Fuerzas Armadas o de seguridad.
Aspecto político durante el procesoLa situación de la Argentina a mediados de los ‘70 era muy particular: el proletariado gozaba de una situación económica y política considerablemente positiva, tomando en cuenta variables tales como la participación del salario en el ingreso nacional (que llegó a su punto más alto en la historia argentina en 1973, cuando el salario participaba de la Renta Nacional en un 45%) y la incidencia de los sindicatos y otras agrupaciones obreras en el poder político. En suma, el país estaba muy movilizado políticamente; las guerrillas eran sólo la porción más radicalizada de todo el espectro social que directa o indirectamente apoyaba cambios en la estructura socio-económica de la Argentina.Las FFAA asumieron el poder con el objetivo de "terminar con el desgobierno, la corrupción y el flagelo subversivo". Pero hay que examinar con detención qué es la "subversión" para estos hombres para comprender su accionar sobre la sociedad argentina. Videla dijo alguna vez que "un terrorista no es sólo el portador de una bomba o una pistola, sino también el que difunde ideas contrarias a la civilización cristiana y occidental". Aclarando más el panorama, el entonces gobernador de la provincia de Bs. As., general Ibérico Saint Jean, declaró: "Primero vamos a matar a todos los subversivos, después a sus colaboradores; después a los indiferentes y por último a los tímidos".El esquema político-institucional que las FFAA querían aplicar necesitaba de un modelo político que evitara la organización y los reclamos sociales y que desmantelara las estructuras gremiales, por lo tanto entre las primeras medidas de gobierno se encontraron la suspensión, por tiempo indeterminado, de las actividades políticas y gremiales de todo orden. Se intervino la CGT, la CGE, las 62 organizaciones y la Cruzada de la Solidaridad. Luego se eliminó el fuero sindical, se suspendió el derecho de huelga y se prohibió, en forma absoluta, la actividad de los partidos de izquierda, como ser: Comunista Revolucionario, Socialista de los Trabajadores, Política Obrera, etc. Se depuró la administración pública de agitadores mediante la Ley de Prescindibilidad y se intervinieron todas las asociaciones gremiales.Se comunicó a la población que "será severamente reprimida toda manifestación callejera; [...] que todas las fuentes de producción y lugares de trabajo estatales y privados, a partir de la fecha serán considerados de interés militar", y que "se expulsará del territorio nacional a extranjeros que afecten la paz social". Por el comunicado Nº 19 se informó a la población que serían recluidos por tiempo indeterminado todos aquellos que "difundieran actos, palabras o imágenes de personas o grupos considerados subversivos o terroristas". También se sacó de circulación a la prensa política: Nuevo Hombre, Nuestra Palabra, Tribuna Popular, Posición Nacional, etc. Si no eran cerrados directamente, eran "advertidos" e insinuados para que discontinúen su trabajo, como fue el caso de la revista Sucesos del Partido Intransigente, o de Cuestionario, revista que por entonces dirigía Rodolfo Terragno.La noche anterior y el mismo día del golpe, los militares ocuparon los principales complejos fabriles con listas negras en las manos. Allí comenzó la cacería de toda una generación de dirigentes medios y activistas de base que fueron secuestrados, torturados y asesinados en la clandestinidad. Aquí reside una de las claves del Proceso de Reorganización Nacional: este conjunto social de individuos movilizados políticamente tarda décadas en aflorar nuevamente. Si a esto le sumamos el implante del miedo y el "no te metás", no es difícil entender la posterior desmovilización de la sociedad.
Aspecto económico durante el procesoEl plan económico de Martínez de Hoz puede sintetizarse en los siguientes puntos:
Rebaja de un 40% en los salarios, comparados con el quinquenio anterior.
Reformas a la Ley de Contrato de Trabajo y eliminación de las convenciones colectivas.
Establecimiento de una creciente regresividad en el sistema impositivo, mediante el aumento de los impuestos indirectos (IVA, etc.) y la disminución de los indirectos (ganancias, riqueza).
Eliminación de las retenciones a las exportaciones agropecuarias y de los subsidios a las exportaciones no tradicionales.
Progresiva reducción de los aranceles a la importación.
Apertura total a los capitales extranjeros: igual trato al capital nacional que al extranjero y reducción de los plazos de entrada y salida de dichos capitales.
Liberación de los mercados de cambio y financiero.
Reducción del gasto público a través de la racionalización del empleo y la privatización de empresas nacionales.
Presupuesto Nacional: Aumento en Defensa y Seguridad y reducción en Educación, Salud y Vivienda.
Política de transferencias del Estado hacia los grupos económicos, mediante los mecanismos de estatización de la deuda privada, la Ley de Promoción industrial y las políticas de compra del Estado.
El sistema financiero tuvo un rol fundamental en la ubicación y reasignación de recursos en contra de los asalariados y a favor del sector más concentrado del capital. "La reforma financiera acabó con una de las herramientas del Estado para la transferencia de recursos entre sectores: la regulación de la tasa de interés, la existencia de crédito a tasas negativas y la distribución de este subsidio según normas y prioridades fijadas por las autoridades". Las altas tasas de interés superaban por mucho a las de ganancia (por producir), por lo que "ninguna actividad era rentable ni podía competir contra la especulación".Una de las consecuencias más características del PRN fue la concentración de capital, la cual se estimuló a través de la estatización de la deuda privada, la implementación de las leyes de promoción industrial y la política de compras del Estado.Los resultados de estas políticas fueron:
Aumento de la especulación en detrimento de la producción
Desindustrialización
Deuda externa
Concentración económica
Institucionalización de la inflación
Caída del salario real
Deterioro de los servicios públicos
Incremento en los niveles de pobreza
Con respecto al segundo punto, a mediados de la década del ‘70, las exportaciones de manufacturas habían alcanzado por primera vez en la historia económica nacional el 50% de las ventas totales del país, pero la industria no pudo superar la pérdida de su protección, la competencia de las importaciones, el encarecimiento del crédito, la supresión (o "reubicación") de los mecanismos de promoción industrial y la reducción del nivel adquisitivo de la población. El nivel industrial cayó un 20% en los primeros cinco años.Para marzo de 1981 "existía una férrea concentración industrial, una fuerte capitalización del campo, la comercialización de los granos estaba en manos de grandes empresas cerealeras y el Estado argentino estaba endeudado en más de 17.000 millones de dólares, a los que se sumaba un endeudamiento ‘privado’ -por parte de las empresas residentes en el país- de casi 12.5000 millones de dólares. En total, una deuda bruta, al 31 de marzo de 1981, de 29.587 millones de dólares." Queda claro que la apertura económica de Martínez de Hoz significó abrir el mercado interno a la competencia exterior, y no expandir la producción local con destino al mercado externo.La brecha tecnológica que en los veinte años anteriores se había reducido, volvió a ensancharse de manera irreversible. "Al final de la transformación que condujo Martínez de Hoz, el poder económico se concentró de tal modo en un conjunto de grupos empresarios, trasnacionales y nacionales, que la puja corporativa y la negociación ya no fueron siquiera posibles"
Aspecto sociocultural durante el procesoEl objetivo de la acción antisubversiva de los militares era clara: no sólo se debía exterminar a los guerrilleros, sino que se debía acallar a la sociedad toda, mediante un bombardeo psicológico destinado a romper los lazos de solidaridad que unían a la sociedad para instalar el individualismo y el "sálvese quien pueda". Esto se logró mediante diversas acciones:Desaparecidos: Mientras que la dictadura chilena tiraba al río a las víctimas del Estado terrorista para que todos los vieran, el proceso militar argentino inventó una nueva figura jurídica. La "desaparición" de una persona llevaba a sus familiares y amigos a una situación de incertidumbre, inacción y temor por lo que sus propias acciones pudieran causarle al detenido-desaparecido, en caso de que éste estuviese con vida. O sea, había temor a que la denuncia, la búsqueda y la movilización de sus seres queridos causaran daño al desaparecido, si este se encontraba con vida.Programa económico de especulación y desindustrialización: Buscó romper con la tácita alianza de las clases medias con las bajas.Represión cultural: Censura y promoción de la autocensura, quema de libros, violencia contra profesionales de relevancia social (periodistas, párrocos populares, psicólogos, abogados, educadores, escritores, actores, etc.)El sistema educativo fue reformado para que encajara con el régimen y su programa: Listas de antecedentes en los ingresos a las facultades, represión en los establecimientos, modificación del sistema pedagógico, etc. Se prevenían "futuros subversivos" retrasando el aprendizaje de la lectoescritura hasta tercer grado (sólo "podían" aprender 13 letras por año) y prohibiendo la enseñanza de la teoría de los conjuntos en matemáticas. A los universitarios, demasiado grandes para reformarse, se los reprimía y exterminaba.La inserción de "terror" es comentada por Victor de Gennaro en un debate organizado por el diario Página/12 con motivo del vigésimo aniversario del golpe militar: "[...] Hubo un proyecto sistemático de meternos el terror en cada célula, en cada hueso, para que no nos acordemos de lo fundamental que significa querer ser, con autodeterminación, defensores de un proyecto nacional y popular. Querían quebrarnos esa capacidad de construir lo nuestro, ese derecho que tenemos a ser poder en nuestro propio país. Había que quebrar esa capacidad, había que imponer un modelo económico, social y cultural del sálvese quien pueda. Para sobrevivir había que mentir, había que desconocer la identidad, el de al lado era un peligro, era alguien que comprometía, había que pensar nada más que en uno, como si esa fuera la opción."
No fue sólo miedo lo que provocó el individualismo, aunque este fue su ingrediente fundamental. La censura y la autocensura (se emitían avisos televisivos con la frase "El silencio es salud" como consigna) se combinaron con la nueva doctrina liberal impuesta desde el Estado. La ideología del "sálvese quien pueda" se acreditaba en el dinero fácil que las actividades especulativas proveían. El que producía, quebraba, el que "invertía" en la bicicleta financiera se salvaba. Al crecimiento industrializado colectivo, en el cual todos los sectores recogen los frutos del progreso, se oponía un nuevo modelo de "quita de ganancias" individualista, en el cual el progreso era personal y a costa de los demás. La "economía imaginaria" de la plata dulce y el "deme dos" sumado a la represión en todos los ámbitos de la vida civil, lograron romper muchos lazos de solidaridad que había en la comunidad. "Aunque los salarios y los beneficios de los industriales eran muy bajos, la prensa se hallaba amordazada y los sindicatos acobardados, gran parte de la población encontraba solaz en la especulación y la compra de artículos importados baratos". Si no, ¿cómo se explican las tristemente célebres frases "algo habrá hecho", "por algo será" y "no te metás" en una sociedad que no muchos años antes veía con algo de simpatía y mucho de esperanza las acciones guerrilleras que, al menos en sus prédicas, querían "cambiar el mundo"?La sociedad argentina, acostumbrada a hechos como estos sólo publicados a través de las crónicas de otros países, tenía miedo, miedo de saber, de tener algún tipo de información, de estar enterado de algo."El silencio es salud", siniestra ironía escrita en carteles, para anunciar en un lugar donde se cometían aberraciones, en busca de quebrar el silencio heroico de las víctimas.La sociedad ya no sólo extrañaba el hecho de poder votar, sino también el de poder decir lo que pensaban, tener ideales políticos diferentes a los impuestos. A cambio de estas privaciones, tenían constantes amenazas.De la manera en que se presentaban los hechos, parte de la sociedad decidió exiliarse, ya sea por razones políticas o laborales, en el exterior o, en otros casos, en las provincias.En el plano educativo, la censura y la mentira también estaba presente. Los libros eran "transparentes", frívolos, en ellos no existían la mezquindad ni el crimen. Así mismo, la música también estaba reprimida los actos de protesta y los cantos populares estaban titulados en su totalidad como "subversivos".El 80% de los ciudadanos argentinos que entre 1.976 y 1.983 cursaban la escuela secundaria, no recuerda sobre su vida social y/o salidas estudiantiles, tampoco las canciones que escuchaban ni los cantos populares de protesta.El 17,4%, que pertenecía a la clase alta, parecía haber vivido en otro planeta, aislados del mundo.El 3,6% prefiere no opinar del tema, por miedo a nuevos actos represivos.La gente conocía la verdad de lo que estaba ocurriendo, pero la violencia había llegado a tal grado que se sentían intimidados y no se animaban a hablar. Luego de los 2 primeros años fue evidente que la política económica no funcionaba y empezó a notarse cada vez más el problema de los desaparecidos. Fue allí cuando la sociedad, el pueblo argentino, se volvió en contra de los militares.Una concluida esta modesta y pequeña síntesis de los aspectos más importantes de la dictadura o mejor dicho del Proceso de Reorganización Nacional, por último no me queda más que centrarme en una de las consecuencias más dañinas para el presente y futuro de nuestra sociedad, como lo fue el tema de los desaparecidos y todo lo que ello significa para nosotros, aunque no debemos olvidar otro hecho, quizás de igual relevancia como lo fue la guerra de las Malvinas, comprendiendo esto de todos modos he decidido centrar mi foco de investigación sobre el primero de los temas. Haciendo especial mención al tema de los desaparecidos; las madres y abuelas de plaza de mayo; la apropiación ilegal de niños y por último hacer una breve reseña de la guerra de las malvinas.

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