Cuando recordamos la dictadura militar que vivimos en la Argentina, pensamos en los desaparecidos, la plata dulce, la guerra de Malvinas, etc., Lo que mucha gente no sabe, es que estos hechos y muchos más fueron piezas de un macabro rompecabezas destinado a reformar, o reorganizar a la Argentina, para volver a convertirla en un país agro-exportador con participación política restringida a una élite. Los hechos destacados anteriormente son los resultados de las medidas tomadas para convertir a este país altamente movilizado y con el ingreso muy distribuido en una granja productora de materias primasde riqueza concentrada.Estado Terrorista y modelo económico neoliberal fueron las dos caras de una misma moneda: el ejército se encargó de destruir físicamente las bases de apoyo y resistencia de los sectores progresistas, sindicatos y organizaciones de izquierda, y Martínez de Hoz se ocupó de acabar con sus fuentes de alimentación: el Estado Benefactor y la industria. Y "si la industria sobrevivía a su ataque, era probable que lo lograse en bloques aún más concentrados".Quizás el análisis de tan vasto tema sea un tanto utópico dentro de las limitaciones de una monografía, hoy nos queda la sensación de que el Estado terrorista ha pasado, y no hay perspectivas de que vaya a volver, pero sus consecuencias están entre nosotros: dependencia, caída del salario real, desocupación, concentración económica, desindustrialización, y por último una de las más profundas heridas sufrida en el corazón mismo del pueblo argentino, los más de 30.000 desaparecidos, 30.000 ciudadanos de esta tierra condenados, torturados, y muertos sin ningún tipo de juicio justo, aunque todos sabemos que la tortura y demás tormentos no son justificados bajo ningún punto de vista, menos por pensar diferente como lo fue, quizás la gran causa de la mayoría de estas desapariciones; Gran testimonio de estos ilícitos a gran escala, es decir en el ámbito nacional, lo encontramos en las paginas del informe de la CONADEP, en donde encontramos información relevante sobre los diversos modos de secuestro y tortura de personas, los centros clandestinos de detención, testimonio de las víctimas etc. Es decir todos los componentes de esta sangrienta máquina, que aun hoy nos cuesta comprender lo que en nuestro país produjo.A continuación, talvés sea necesario ubicarnos de modo temporal, tomando como arista la cuestión económica y tratar de fijar dos aspectos del contexto global, el contexto internacional y el nacional
Contexto Internacional
Desde la segunda posguerra el mundo vivió dos décadas de bonanza económica que hicieron creer que el crecimiento sostenido indefinido era posible. El consenso keynesiano imperante en el momento permitía una alta redistribución hacia los sectores de bajos recursos, necesario para poder consumir la gran cantidad de productos generados por el fordismo.
Sobre fines de la década del ‘60 y principios del ‘70 se empezó a frenar este ritmo de crecimiento, y el mundo se sumó en una recesión, sacudido por crisis múltiples: energética, de productividad, del Estado Benefactor, etc. El capitalismo debió transformarse para fortalecerse y surgió un nuevo patrón tecnológico-productivo, que a su vez provocó una mayor concentración de capitales necesaria para afrontar estas transformaciones. Es en esta época en que comienza a agrandarse la brecha entre ricos y pobres, contrarrestando el efecto de acercamiento de las décadas pasadas. Los sectores conservadores toman fuerza cuestionando la ineficiencia del Estado distribucionista y así ascienden los gobiernos de Margaret Tatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en EEUU.A mediados de la década del ‘70, el mundo industrial enfrentaba dos problemas: la sobreabundancia de petrodólares, producto de la crisis del petróleo de 1973, y el exceso de stock por la recesión mundial. Alguien encontró la solución: se concederían préstamos a bajo interés a los países periféricos para que comprasen mercaderías importadas. Desde 1975 hasta 1981 la deuda externa de América Latina creció un 25% anual, representando en 1982 el 80% del PBI de la región.Además de destruir con las importaciones gran parte de la industria nativa, el producto de la deuda externa fue una mayor dependencia de los países deudores con respecto a sus acreedores, que cada vez con más poder pudieron decidir y vetar las políticas económicas periféricas que no convenían a sus intereses. También las multinacionales; Jacqes Maisonrouge, ex-presidente de la IBM, afirma "¿cómo puede un gobierno nacional establecer un plan económico con un mínimo de confianza, si un Consejo Directivo reunido a ocho mil kilómetros puede estar modificando la política de compras o de producción de un modo que debe afectar fundamentalmente la vida económica de un país?".
Contexto NacionalDesde la muerte de Perón el 1º de julio de 1974 y la asunción de su esposa María Estela Martínez bajo la conducción derechista de López Rega, el país se fue sacudiendo cada vez más. El frente peronista se fracturó y la actividad guerrillera se consolidó y agrandó. Los Montoneros decidieron "volver a la resistencia" clandestina, abandonando definitivamente la esfera legal, acercándose cada vez más al ERP y al terrorismo político, cuyas víctimas muchas veces eran civiles que no integraban el gobierno ni las fuerzas de seguridad.A principios de 1976, cada cinco horas se cometía un asesinato político y cada tres estallaba una bomba. Además de la violencia política reinante, la inquietud obrera se estaba generalizando de nuevo. A pesar de que las huelgas estaban prohibidas, importantes sectores del movimiento obrero recurrieron a ellas, así como a marchas de hambre, trabajo a reglamento y manifestaciones callejeras, en un esfuerzo destinado a cambiar la política económica del gobierno. Con una inflación mayor a la de Alemania en el período 1921-1922, y al borde de la cesación de pagos internacionales, el gobierno constitucional había perdido el control de las variables claves del manejo económico.Ante el caos económico, político y social, las FFAA lideradas por Videla actuaron sagazmente, sin intervenir hasta que la situación empeoró hasta tal punto que los civiles fueron a golpear las puertas de los cuarteles. Así probaron la absoluta falencia del régimen constitucional y lograron que la opinión pública apoyase o se resignase nuevamente ante la opción militar.Se puede decir que el golpe del 24 de Marzo fue, a grosso modo, la reacción militar al período abierto con las grandes movilizaciones populares de fines de la década del ‘60 (Cordobazo, etc.) ante la incapacidad de las gestiones peronistas para neutralizarlas. Ya que la evolución de estas luchas no pretendía sólo provocar la caída de un gobierno, sino más bien, y fundamentalmente, transformar las relaciones socio-económicas del país y reubicar a la Argentina en el plano internacional, ésta no fue una intervención militar como tantas en la historia argentina contemporánea. Esta vez las FFAA y sus aliados decidieron que el "problema argentino" era estructural, por lo que aplicaron soluciones estructurales
Desde la segunda posguerra el mundo vivió dos décadas de bonanza económica que hicieron creer que el crecimiento sostenido indefinido era posible. El consenso keynesiano imperante en el momento permitía una alta redistribución hacia los sectores de bajos recursos, necesario para poder consumir la gran cantidad de productos generados por el fordismo.
Sobre fines de la década del ‘60 y principios del ‘70 se empezó a frenar este ritmo de crecimiento, y el mundo se sumó en una recesión, sacudido por crisis múltiples: energética, de productividad, del Estado Benefactor, etc. El capitalismo debió transformarse para fortalecerse y surgió un nuevo patrón tecnológico-productivo, que a su vez provocó una mayor concentración de capitales necesaria para afrontar estas transformaciones. Es en esta época en que comienza a agrandarse la brecha entre ricos y pobres, contrarrestando el efecto de acercamiento de las décadas pasadas. Los sectores conservadores toman fuerza cuestionando la ineficiencia del Estado distribucionista y así ascienden los gobiernos de Margaret Tatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en EEUU.A mediados de la década del ‘70, el mundo industrial enfrentaba dos problemas: la sobreabundancia de petrodólares, producto de la crisis del petróleo de 1973, y el exceso de stock por la recesión mundial. Alguien encontró la solución: se concederían préstamos a bajo interés a los países periféricos para que comprasen mercaderías importadas. Desde 1975 hasta 1981 la deuda externa de América Latina creció un 25% anual, representando en 1982 el 80% del PBI de la región.Además de destruir con las importaciones gran parte de la industria nativa, el producto de la deuda externa fue una mayor dependencia de los países deudores con respecto a sus acreedores, que cada vez con más poder pudieron decidir y vetar las políticas económicas periféricas que no convenían a sus intereses. También las multinacionales; Jacqes Maisonrouge, ex-presidente de la IBM, afirma "¿cómo puede un gobierno nacional establecer un plan económico con un mínimo de confianza, si un Consejo Directivo reunido a ocho mil kilómetros puede estar modificando la política de compras o de producción de un modo que debe afectar fundamentalmente la vida económica de un país?".
Contexto NacionalDesde la muerte de Perón el 1º de julio de 1974 y la asunción de su esposa María Estela Martínez bajo la conducción derechista de López Rega, el país se fue sacudiendo cada vez más. El frente peronista se fracturó y la actividad guerrillera se consolidó y agrandó. Los Montoneros decidieron "volver a la resistencia" clandestina, abandonando definitivamente la esfera legal, acercándose cada vez más al ERP y al terrorismo político, cuyas víctimas muchas veces eran civiles que no integraban el gobierno ni las fuerzas de seguridad.A principios de 1976, cada cinco horas se cometía un asesinato político y cada tres estallaba una bomba. Además de la violencia política reinante, la inquietud obrera se estaba generalizando de nuevo. A pesar de que las huelgas estaban prohibidas, importantes sectores del movimiento obrero recurrieron a ellas, así como a marchas de hambre, trabajo a reglamento y manifestaciones callejeras, en un esfuerzo destinado a cambiar la política económica del gobierno. Con una inflación mayor a la de Alemania en el período 1921-1922, y al borde de la cesación de pagos internacionales, el gobierno constitucional había perdido el control de las variables claves del manejo económico.Ante el caos económico, político y social, las FFAA lideradas por Videla actuaron sagazmente, sin intervenir hasta que la situación empeoró hasta tal punto que los civiles fueron a golpear las puertas de los cuarteles. Así probaron la absoluta falencia del régimen constitucional y lograron que la opinión pública apoyase o se resignase nuevamente ante la opción militar.Se puede decir que el golpe del 24 de Marzo fue, a grosso modo, la reacción militar al período abierto con las grandes movilizaciones populares de fines de la década del ‘60 (Cordobazo, etc.) ante la incapacidad de las gestiones peronistas para neutralizarlas. Ya que la evolución de estas luchas no pretendía sólo provocar la caída de un gobierno, sino más bien, y fundamentalmente, transformar las relaciones socio-económicas del país y reubicar a la Argentina en el plano internacional, ésta no fue una intervención militar como tantas en la historia argentina contemporánea. Esta vez las FFAA y sus aliados decidieron que el "problema argentino" era estructural, por lo que aplicaron soluciones estructurales
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